18 noviembre, 2009

Articulo El Salero

Como sabeis este es un blog personal, no profesional pero quiero compartir con todos un artículo que publicaron en la revista gastronómica El Salero, ya que es muy personal. Espero que os guste.

BELI GARCIA ISLA


SEVILLA. PERIODISTA


REDACTORA DEL PROGRAMA HOY POR HOY, CADENA SER


AUTODEFINIDO. Si comer fuera pecado llevaría años ardiendo en el infierno. Si mi pobre madre lee esto no tendrá más remedio que recordar la cantidad de años que se paso corriendo detrás de mi con el plato y la cuchara para poder alimentarme. Ahora, más veces de las que quisiera, soy yo la que corre al lado contrario de donde esté el plato para mantenerme a dieta. Como cambian las cosas. Hoy día la buena mesa me pierde y viajo todo lo que puedo para ampliar conocimientos y atesorar nuevas sensaciones.


He de reconocer que algunos de los momentos mas satisfactorios de mis últimos años están relacionados directamente con la gastronomía. He de reconocer también que soy mucho de la cuchara, donde se ponga un buen guiso... La culpa, en buena parte es del legado que nos dejaron nuestros antepasados en este Al Andalus nuestro de cada día. Nunca he podido negarme a un buen plato de lentejas y si viajo por Marruecos devoro literalmente la Harira, que sin duda alguna es su hermana mayor.

A nadie se le escapa a estas alturas la necesidad de viajar para un mayor crecimiento personal. Cultura, religión, arquitectura, paisajes, pero en mi caso se ha convertido en algo imprescindible el descubrimiento de otras culturas gastronómicas. Gastroturismo creo que es la palabra que lo define y que ahora está muy de moda. Bienvenidas las modas que a todos nos benefician. Sumergirse en la gastronomía marroquí es apasionante. Como lo es, por mucho que sea un tópico, comerse un perrito caliente a pie de calle en Manhattan y disfrutar de sus hamburguesas. Saben distintas y especiales. Claro, si el bolsillo lo permite es visita obligada el Restaurante Jean George, situado en los bajos del prestigioso Hotel Trump Internacional, a escasos metros de Columbus Circle y enfrente de la esquina suroeste de Central Park. Entre sus muchisimos galardones destacan las 3 estrellas Michelin y ocupar la 17 posición en la lista de 2008 de los mejores restaurantes del mundo que elabora Restaurant Magazine. Inolvidable su blini de huevo con caviar y eneldo. No podemos abandonar Nueva York sin visitar el Restaurante Perse con sus magnificas vistas a Central Park y sus flamantes 3 estrellas Michelin. Su chef, Thomas Keller basa su cocina en las técnicas tradicionales de la cocina mediterránea, unidas a la obsesión por la calidad del producto. No en vano es el sexto restuarante mejor del mundo. Es una experiencia que al menos hay que disfrutar una vez en la vida. Eso si, con reserva ante de viajar y aún así será dificil. Siempre nos queda poner cara de: "deme una mesa por Dios que me va la vida en ello". En Perse a mi me funcionó.

No olvidemos la importancia que tiene también la unificación de los sentidos cuando de comer se trata. Es el claro ejemplo del Restaurante Superclub en Amsterdam. En este innovador restaurante de blanco inmaculado se come tendido sobre una cama balinesa mientras te dejas seducir por la música, en progresión, por los espectáculos en vivo y por la belleza de la gente que te rodea en las mesas_camas y con la que terminas entablando amistad. Los 5 platos de los que consta el menú se sirven en una minúscula mesa donde no cabe nada más, así que nada de cubiertos, te proporcionan unos guantes de latex, para que todo siga siendo impoluto y a comer con las manos. Que placer! Si viajas a Estambul con el grato recuerdo de lo vivido en el de Amsterdam te llevarás una gran decepción. Mejor pide mesa en el Restaurante Reina y disfruta además de unas magníficas vistas al Bósforo.

Ya en casa hay una joyita en el pueblo de Caces, (Oviedo) que tuve la suerte de descubrir el pasado invierno. Con unas magníficas vistas al río Nalón y en un paraje tan verde como solo el norte de España nos proporciona, nos encontramos el Restaurante L´alezna. Su chef Pedro Martino atesora una estrella Michelin. Inolvidable su crema de fabada con virutas de ibérico.

Y mientras espero para ser una de las afortunas en conseguir mesa en el Restaurante de Ferrán Adriá, me voy a comer donde está la mejor cocinera del mundo: Isabel Isla, mi madre. Me como un buen plato de lentejas y repito. Ella me mira y sonrie aliviada.


2 comentarios:

Jesus Dominguez dijo...

Magnífico. Me lo gardo por sialguna vez voy a todos esos sitios fabulosos. Lo de los guantes de latex no me ha convencido mucho, la verdad(¿no olían al acercarlos a la cara?). ¡El plato de fabada con virutas de ibérico debe ser pecado! Si voy a Oviedo paso seguro.

Un saludo

Jesús Domínguez

Jesus Dominguez dijo...

Gracias, Beli. Este año hemos escrito una canción preciosa para Marta Quintero. No sé si te gusta ella pero la he dejado en mi blog por si te apetece oírla.

Un saludo